viernes, 27 de agosto de 2010

Avión avión avión



Este verano me subí a diez aviones. Y no porque tenga plata o muchos destinos, sino porque siempre es más barato combinar varios vuelos a tomar uno directo.
El año pasado habia viajado tambien un poco por trabajo y otro por placer, pero esta vez había sobrepasado mis números de vuelo en un solo mes. Puedo decir que tengo un promedio de vuelos anuales que supera quizas el de mis amigos y familia pero tampoco vuelo todo el tiempo o todos los meses, a veces pasa un año hasta que tomo otro avión. Lo que si hago es viajar mucho en el año, pero quizas en tren, colectivo, micro, barco o en mula abaratando costos. De todas maneras tendría que estar acostumbrada a las alturas, o más acostumbrada.
10 aviones entre febrero y marzo quiere decir 10 despegues y 10 aterrizajes. 10 incómodos despegues y 10 incómodos aterrizajes.
No suelo ponerme nerviosa, pero admito cierta incomodidad. No rezo ni hago rituales sin sentido, pero aunque quiera evitarlo mi cerebro se encarga de recordarme cada vez que me subo a esas aves enormes, estadísticas de lo peligroso que suelen ser estos eventos. Las turbulencias en el aire una noche de tormenta tampoco son muy agradables pero cuánta posibilidad hay de terminar como LOST? (Igualmente en es caso viajaría en la parte delantera y terminaría con los más lindos de la serie en caso claro de que ... cayesemos).
La gente suele decir "El aire es más seguro, sabés cuantos accidentes de tránsito hay?" Si, pero si choca un bondi tengo muchas más posibilidades de sobrevivir de que si cae mi avión!
Esta vez es invierno y viajo por trabajo. Antes de despegár quedamos totalmente a oscuras, la azafata dijo algo de la tierra, el capitán (del barco?) explica que no tenemos circuito pero estamos en tierra (gracia'dio'!)... Viajo(como siempre)sola, es mi vuelo Nº 11 del año, en estos casos lo mejor es dormir. 11, 10, 9, 8, 7, 6...
Ahh que lindos son los de lost...

No hay comentarios:

Publicar un comentario